Gracias por mi hermanita hermosa: Alexia.
Recuerdo que el día de su primera comunión le escribí una carta que comparto a continuación. Sin embargo, hoy quiero agradecer su presencia y todo lo que nos enseña cada día. Ayer se perdió su perrita adorada, Daisy, y a pesar del dolor y la tristeza ha mostrado una templanza admirable. Claro que llora cada vez que se acuerda, pero para su corta edad, ha respondido mucho más maduramente que la mayoría de los adultos que conozco. ¡Gracias nena por ser tan fuerte y por ser tan extraordinaria!
La carta…
Hace 9 años Dios nos bendijo con tu llegada. Mamá, papá, Aldo y yo te esperábamos con ansia y desde que llegaste transformaste la dinámica de la familia en una más alegre, divertida y espontanea. Me encanta descubrir cada día que eres una niña inteligente, madura, carismática, buena y muy feliz, capaz de compartir tanto tu felicidad como tu sabiduría con quienes te rodeamos.
Tengo muchas cosas que decirte, pero hoy quiero hacer hincapié en una de las frases que más sentido han hecho en mi vida… “Haz de lo ordinario, algo extraordinario”.
La actitud con que enfrentes la vida, es una decisión tuya e influirá en el estilo de vida que tendrás. El trabajo constante, el esfuerzo, la persistencia y la paciencia te permitirán alcanzar tus más grandes sueños, cualesquiera que sean. Una sonrisa sincera será el mejor vínculo entre tu mundo interno y tu mundo externo. Disfrutar cada momento, por difícil que sea o por simple que parezca, hará que tu espíritu se enriquezca continuamente. Amar a las personas con quienes compartes la vida te permitirá acercarte a Jesús. En fin, vivir tu vida plenamente hará que tu paso por este mundo sea una experiencia extraordinaria.
Estamos seguros que tenemos una vida, lo que no sabemos es cuánto tiempo nos ha sido otorgado. Entrega tu vida a Dios, sigue sus enseñanzas, y cada segundo habrá valido la pena.
Imagino que hoy que recibiste a Jesús por primera vez, la alegría que sientes en tu corazón es inmensa. Quiero que sepas que todos compartimos dicha alegría contigo y confío en que cada vez que recibas a Jesús recuerdes este momento y le des la misma importancia. Es un honor y orgullo ser parte de este evento, ser tu hermana y madrina.
Con todo mi amor y admiración,
Andru